Después de varios meses sin comparecer, el presidente del Sevilla FC, José María del Nido Carrasco, ofreció una rueda de prensa. Había levantado grandes expectativas, pero, remedando el dicho taurino: tarde de expectación, rueda de prensa de decepción.
Las respuestas a las preguntas sobre las soluciones a este mal que aqueja al Sevilla FC y que lo tiene sumido en su peor crisis deportiva, económica, social e institucional de los últimos veinticinco años, eran todas similares y huecas: «asumimos que nos hemos equivocado, hemos cambiado al director de fútbol profesional y al entrenador».
Del Nido Carrasco comenzó reconociendo que la temporada ha sido «la peor de la era reciente, ha sido muy, muy mala», como no podía ser de otra manera. Pero cuando las preguntas derivaban hacia su permanencia en el cargo, las salidas por la tangente era constante.
«Mi ilusión y convencimiento es que le voy a dar la vuelta a la situación. Mientras tenga el respaldo del consejo seguiré»
«La situación social es evidente, todos están cabreados con el presidente. Pero una sociedad anónima la rige el capital y el consejo cuenta con suficiente respaldo. Mi ilusión y convencimiento es que le voy a dar la vuelta a la situación. Mientras tenga el respaldo del consejo seguiré», recalcaba.
Cuando era interpelado directamente si dada la situación de alta tensión social que tiene como pararrayos la figura del presidente, no era mejor que los grandes accionista que respaldan sobradamente al consejo sustituyera a su persona, Del Nido Carrasco volvía a contar lo ya explicado: «el consejo tiene un amplio respaldo accionarial, superior al 50% y si alguien quiere que se echen a un lado, tendrán que venir a comprar las acciones y a día de hoy no hay oferta alguna». O sea, no contestó a la pregunta de Víctor Fernádez, periodista de la COPE, que insistió en que por ahí no iba su pregunta, sino en que si no era más inteligente quitar a su persona de la presidencia, si era el elemento de la discordia. La respuesta fue pura evasiva: «Víctor, nosotros estamos trabajando para que la afición del Sevilla esté con su equipo. Si quieres que te conteste lo que tú quieras, dime qué quieres que te conteste y te lo contesto, pero ya te lo he contestado tres veces».
Mirada al pasado
Del Nido Carrasco repitió en varias ocasiones que era cierto que estos dos últimos años han sido muy malos, curiosamente bajo su presidencia, pero que llevaba «dieciocho años en el club y que he formado parte del consejo también en los diez años anteriores en los que el equipo ganaba UEL, hasta cinco, jugó trece finales y se clasificaba habitualmente para Champions». Hasta hace dos años.
Pero el pasado también servía de referencia negativa. «Cuando Víctor Orta llega el coste de la plantilla era de 203 millones de euros. Cuando entro yo de presidente era de 184. Cuando él llega había 36 futbolistas que no contaban para el Sevilla. Del coste de la plantilla actual de 110 millones y prácticamente 50 millones lo representan jugadores que no había traído Víctor, no juegan en el Sevilla o están en el club pero no cuentan». O sea, ese pasado negativo concreto tiene aroma del norte de Inglaterra. Que también tendría influencia en «los posiblemente diez mejores años de la historia del Sevilla», antes referido por Del Nido Carrasco.
Del Nido Benavente y FPS
Sobre su padre fue muy claro: «es un tema cansino, creo que él ya ha contestado todo en la entrevista y está todo muy claro con lo que pretendía». Y si sobre la posible venta de acciones de Del Nido Benavente, «él sabe que ahora su paquete no tiene el peso que pretendía y que no vale lo mismo. Ojalá venga alguien con ganas de construir y le compre el paquete».
El día 26 de junio hay convocada una manifestación por parte de varios colectivos sevillistas, entre ellos la Federación de Peñas. Según Del Nido Carrasco, «aunque parezca mentira, me llevo muy bien con Carlos Jiménez, el presidente, con quien hablé el dia que abstuvieron en la junta, porque me dijo era bueno caminar todos juntos de la mano. Pero que después de los incidentes ocurridos en el estadio en abril, me llamó para decirme que él quería salir por la Feria tranquilo con sus amigos y que iba a empezar a atacar al consejo para liberarse él de la presión pública. A partir de ahí empezó a crirticar al consejo, imagino que lo pasaría muy bien en la Feria, y desde entonces no he vuelto a hablar con él».
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