Desde que el 1978, ningún equipo ha conquistado dos Intercontinentales consecutivas en cualquiera de sus formatos. Es por ello que el Unicaja divisa el horizonte de un nuevo reto mayúsculo. Este domingo, a partir de las 13:00 horas, el conjunto malagueño se jugará la gloria en el Singapore Indoor Stadium frente al NBA G League United, en la final de la Copa FIBA Intercontinental. Un último obstáculo separa a los de Los Guindos de revalidar la corona conquistada el pasado año en el mismo escenario.
El destino ha querido que el duelo por el título repita protagonistas. En 2023, el Unicaja levantó el trofeo tras imponerse con autoridad por 75-60. Ahora, los norteamericanos llegan con el ánimo de revancha, impulsados por su triunfo agónico sobre el Flamengo (93-91) y la victoria ante los Illawara Hawks (100-94). Será, de nuevo, un pulso entre el carácter competitivo malagueño y el poder físico de un equipo que busca escribir su propia página en la historia del torneo.
Un equipo tan joven como hambriento
La escuadra estadounidense, dirigida por Joseph Blair, presenta una cara totalmente renovada. Ninguno de sus jugadores repite con respecto a la edición anterior, pero su estilo ya ha quedado definido: intensidad, velocidad y un baloncesto vertical que exprime las transiciones y el lanzamiento perimetral. En su plantilla brillan nombres propios como Chasson Randle, ex base del Real Madrid y líder ofensivo con 20,5 puntos de media; o Jaden Shackelford, escolta imparable que ha decidido ambos encuentros con actuaciones de 23 puntos y 4 rebotes, incluyendo la canasta ganadora frente al Flamengo.
Horario y dónde ver al Unicaja en la final de la Copa Intercontinental
En la pintura, Feron Hunt (22,5 puntos, 8,5 rebotes, 5 asistencias) se ha erigido en pieza fundamental, acompañado por el intimidador Jamarion Sharp (6 puntos, 6 rebotes, 2 asistencias). A ellos se suma Devin Williams, pívot de fuerza descomunal que estuvo a un paso de vestir la camiseta del Unicaja años atrás, aunque su fichaje no se concretó por no superar el reconocimiento médico.
El desafío es mayúsculo, pero también lo es la oportunidad. Unicaja tiene en sus manos la posibilidad de alcanzar el undécimo título de su historia y, además, de revalidar la Copa FIBA Intercontinental, un logro que ningún club consigue desde que el Real Madrid encadenara tres conquistas consecutivas entre 1976 y 1978. De hacerlo, igualaría en el palmarés a Pallacanestro Cantú y Flamengo, los otros dos clubes que alzaron el trofeo en dos ocasiones.
La final de Singapur se presenta como un combate de estilos, de ambición y de orgullo. El Unicaja, con la experiencia de campeón, buscará imponer su baloncesto y reafirmar su lugar en la historia del cetro global FIBA frente a un rival que llega dispuesto a cobrarse la revancha. La gloria aguarda al vencedor.
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