Un total de 1.176 alumnos de la Universidad de Málaga recurren al ‘aprobado de gracia’ para terminar sus estudios universitarios. Se trata de la llamada evaluación compensatoria, una medida no exenta de polémica, que se instauró en 2019 con un consenso entre los estudiantes y la propia universidad, y que permite a los alumnos graduarse en sus estudios universitarios con una asignatura suspensa.
Mientras que hace cinco años, el número de universitarios malagueños que aprobaba con esta medida extraordinaria, apenas superaba el medio millar, en la actualidad se ha duplicado. Industriales, Económicas, Ciencias, o Derecho, son las áreas donde más se solicita la evaluación compensatoria.
No obstante, aunque muchos puedan pensar que este ‘aprobado de gracia’ se trata de un atajo o artimaña del alumnado para tratar de evitar las asignaturas complejas que se acaban atravesando, desde la UMA aseguran que, para beneficiarse de esta medida, deben cumplirse una serie de requisitos como: tratarse de la última asignatura para obtener el grado; tener una determinada nota media; y haber agotado el número de convocatoria, según la rama académica. Aún así, la UMA ya piensa en cambiar la normativa, lo antes posible. “Hay que darle la vuelta. La dureza de algunas asignaturas ha hecho que el número que acudan a esa medida aumente, incluso están aquellos que solo ponen el nombre para que le corra la convocatoria, lo que va en contra de la cuestión ética del estudiante y por eso se quiere ir modificando la normativa que lo regule”, señala el vicerrector de Estudiantes, Empleabilidad y Emprendimiento de la UMA, Juan Carlos Rubio.
En el ámbito profesional se acoge con estupor la medida ya que si la asignatura con ‘aprobado de gracia’ tiene posteriormente atribuciones profesionales y de responsabilidad con la sociedad, tipo medicina, ingeniería, y no ha sido realmente estudiada o asimilada por el alumnado, se puede convertir en una problemática “especialmente grave”.