La Policía Nacional ha esclarecido el estremecedor asesinato de un joven holandés de 25 años ocurrido en Fuengirola en diciembre de 2024: el sicario contratado para ejecutar el crimen era menor de edad. El caso, de tintes internacionales, ha concluido con seis detenidos en España, Países Bajos y Bélgica, además de un séptimo implicado que murió en Holanda tras abrir fuego contra la policía.
El crimen se produjo la madrugada del 7 de diciembre de 2024, cuando la víctima fue tiroteada en plena calle con un fusil de asalto frente a un club cannábico en el que trabajaba. El atacante, vestido de negro y con la cara tapada, esperó a que saliera el último cliente para abrir fuego. El joven logró refugiarse en el local unos segundos, pero fue alcanzado por varios disparos mortales. Tras el ataque, el autor abandonó el arma bajo un vehículo y huyó en bicicleta.
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Crimen internacional
La investigación, desarrollada junto a las autoridades neerlandesas y belgas, permitió identificar rápidamente a los responsables. El autor material, un ciudadano belga menor de edad en el momento de los hechos, había sido contratado en Holanda para ejecutar el asesinato en España. Otros dos cómplices neerlandeses le dieron apoyo logístico. Apenas cuatro días después del crimen, la Policía detuvo en Torremolinos a uno de ellos.
La trama demostró conexiones con otros episodios violentos en los Países Bajos, donde uno de los implicados participó en un segundo asesinato en Ámsterdam y murió abatido por la policía tras un tiroteo en el que resultaron heridos un agente y una mujer ajena a los hechos.
La investigación también destapó la participación de tres mujeres neerlandesas, encargadas de trasladar el fusil desde París hasta Fuengirola. Fueron arrestadas en Ámsterdam en junio de 2025. Ese mismo mes, el autor material fue localizado en Gante (Bélgica) y entregado a España, donde cumple internamiento en un centro de menores.
Coordinado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Fuengirola y con apoyo de EUROJUST, el operativo ha permitido desmantelar toda la red implicada en el asesinato y atribuir responsabilidades a cada uno de sus miembros, desde los ejecutores hasta el instigador, ya encarcelado en Países Bajos. Más allá de esclarecer un asesinato con tintes mafiosos, el caso revela un aspecto inquietante: las mafias del crimen organizado no dudan en reclutar a menores de edad como sicarios para ejecutar sus encargos más violentos.
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