La Unidad Militar de Emergencias (UME) cumple el martes 20 años establecida ya como una de las principales fuerzas de intervención en situaciones de emergencia en España. En sus 20 años de historia, la UME ha llevado a cabo numerosas misiones, pero destacan las operaciones en la pandemia de la Covid-19, las labores para paliar la dana que arrasó localidades valencianas o los incendios forestales de este verano, con las que han logrado el cariño de los españoles.
La UME fue creada oficialmente en 2005, mediante acuerdo del Consejo de Ministros, como una respuesta a la necesidad del Estado de contar con una unidad especializada en emergencias. Un año después, en 2006, el Real Decreto 416/2006 consolidó la organización inicial y el despliegue de la UME, permitiendo su desarrollo en todo el territorio nacional. Este decreto estableció que la UME no sólo se encargaría de la preparación de la fuerza, sino que sería la unidad operativa de primera intervención en situaciones de emergencia.
La evolución legislativa de la UME continuó con el Real Decreto 1097/2011, que aprobó el Protocolo de Intervención de la Unidad, según recoge la propia UME en su página web. Este documento especifica las situaciones en las que la UME puede ser activada: desastres naturales, incendios forestales, riesgos tecnológicos como emergencias químicas, nucleares, biológicas y radiológicas, así como atentados terroristas.
Además, puede ser activada en emergencias internacionales, como parte del Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea y el Grupo Internacional de Asesoramiento en Búsqueda y Rescate (INSARAG) de Naciones Unidas. De esta manera, subraya la UME, buscan trabajar en sinergia con otros cuerpos y responder eficazmente mediante estrategias de planificación y organización, con un «fuerte énfasis» en la colaboración institucional, tanto a nivel nacional como en cooperación internacional, cuando así lo requieren los compromisos y tratados de ayuda humanitaria.
En 2015, la Ley 17/2015 del Sistema Nacional de Protección Civil reforzó el papel de la UME, otorgándole la consideración de «servicio público de intervención y asistencia en emergencias». Esta ley establece que, en emergencias de interés nacional, la UME dependería directamente del Ministerio de Defensa, lo que permite una activación más rápida y eficaz en situaciones de emergencia.
La UME, por tanto, actúa cuando es convocada para intervenir en situaciones de emergencia que superan las capacidades de las autoridades civiles o en las que su presencia es indispensable, para apoyar las acciones en el territorio nacional o internacional. Su despliegue responde a una orden directa del Gobierno y su actuación se orienta a proteger la ciudadanía, restaurar el orden y salvaguardar infraestructuras críticas.
Asimismo, destaca la definición y publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) en 2017. Este documento declara como uno de sus objetivos la consolidación del Sistema Nacional de Protección Civil, a fin de integrar todas las capacidades de España para gestionar la respuesta ante emergencias y catástrofes. Para ello, establece la colaboración de todas las Administraciones. Desde la entrada en vigor del Real Decreto 1399/2018, de 23 de noviembre, la UME depende directamente del titular del Ministerio de Defensa, lo que agiliza la activación de la unidad, a la que se requiere permanente disponibilidad e intervención inmediata.
Finalmente, en 2020, el Real Decreto 521/2020 consolidó la estructura y las capacidades de la UME, asegurando que siga siendo una herramienta clave en la respuesta del Estado a emergencias, «siempre lista para actuar con disponibilidad inmediata y una coordinación operativa avanzada», destaca la UME.