Profesionales del Hospital Regional Universitario de Málaga diagnostican cada año a más de 350 pacientes con disfagia, 250 de ellos adultos y, un centenar, menores. Este tipo de alteración o dificultad en la deglución puede ocasionar un retraso en el tiempo de paso del alimento sólido o líquido desde la cavidad oral al estómago, así como la posibilidad de que el alimento pase a vía respiratoria produciendo aspiración del bolo alimenticio.
Con motivo del Día Mundial de la Disfagia, que se celebra este domingo, los profesionales del complejo hospitalario recuerdan la importancia del trabajo multidisciplinar para el abordaje de esta problemática, que afecta a alrededor de un 20% de la población adulta y a un 1% de la pediátrica.
La disfagia puede estar originada por múltiples causas, como son las alteraciones neurológicas (accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple, ELA, enfermedad de Parkinson, Alzheimer, enfermedades neuromusculares), enfermedades neurodegenerativas a nivel cervical (osteofitosis), al propio envejecimiento (presbifagia), así como por cáncer en cabeza y cuello o del tracto gastrointestinal.
“Se calcula que más del 35% de las personas mayores de 75 años pueden presentar disfagia orofaríngea, por lo que hay que tener en cuenta que la disfagia es una demanda que va a ser cada vez más prevalente por el aumento de la presbifagia asociada a la edad, por las consecuencias de los tratamientos de las diferentes enfermedades que la originan, aumentando la supervivencia y al mismo tiempo las secuelas”, ha asegurado la especialista en Medicina Física y Rehabilitación, Adela Benítez.
En este sentido, ha explicado que la deglución es un proceso muy complejo que implica multitud de estructuras anatómicas coordinadas por el sistema nervioso central.
“Comer hoy en día no es un acto que se realice sólo para conseguir la energía que necesitamos para vivir, sino que forma parte de nuestra cultura y forma parte importante de una gran variedad de aspectos socio-familiares de la vida, llegando a ser un rito social, estando en continua relación con nuestro bienestar social, familiar y personal, es por tanto un aspecto que influye en nuestra calidad de vida, teniendo un alto impacto en la misma”, ha agregado la médica rehabilitadora.
Ante el aumento de los casos relacionados con los trastornos de la deglución, el Hospital Regional Universitario de Málaga puso en marcha en 2009 una Unidad Multidisciplinar de Disfagia para detectar de forma precoz a estos pacientes y proporcionarles un tratamiento adecuado a sus necesidades.
En adultos, la Unidad se encuentra en el Hospital Civil, donde se atienden pacientes de toda la provincia. Cada año diagnostican a 250 personas y hacen seguimiento a más de 200.
Para ello, es fundamental la coordinación con el servicio de Radiodiagnóstico, que para el diagnóstico realiza una vídeofluoroscopia para identificar la alteración del proceso de la deglución. Así, los pacientes que lo necesiten se incluyen en un programa de rehabilitación deglutoria realizado por la logopeda de la unidad.
Adela Benítez ha explicado que los programas de intervención se caracterizan por el uso combinado de técnicas compensatorias y rehabilitadoras.
“Las técnicas de rehabilitación permiten modificar la deglución y restablecer la función en numerosos casos, pero deben ser aplicadas teniendo en cuenta las características globales del paciente”, ha señalado.
Al respecto, ha agregado que “en los casos en los que la rehabilitación no pueda modificar la función deglutoria, la intervención va dirigida a la educación del paciente y su entorno y al uso de medidas compensatorias; en aquellos casos en los que no es posible la alimentación por vía oral se les enseña el manejo de sus propias secreciones para evitar complicaciones infecciosas o, al menos, realizar pequeñas ingestas con seguridad de forma terapéutica”.
En el caso de los pacientes pediátricos, desde el Hospital Materno Infantil, la pediatra especialista en Gastroenterología y Nutrición, Pilar Ortiz, ha señalado que la disfagia orofaríngea en menores constituye un síntoma prevalente fundamentalmente en pacientes neurológicos.
“A diferencia de los adultos, en pediatría resulta difícil estandarizar un método de cribado de disfagia objetivo que no sea observador-dependiente”, ha dicho.
Así, ha agregado que “contar con personal especializado para realizar una adecuada evaluación anatomo-funcional del aparato estomatognático, una sistemática observación directa de ingesta y, en ocasiones, la realización de pruebas instrumentales como la videofluoroscopia o videoendoscopia de deglución, resulta fundamental para poder proporcionar a las familias recomendaciones específicas respecto a la alimentación de los pacientes y estructurar programas de rehabilitación individualizados”.
Así, ante la complejidad del diagnóstico y por la necesidad de asegurar cuál es la vía de alimentación más eficaz y segura para cada paciente, en el Hospital Materno Infantil se puso en marcha en 2019 una consulta monográfica que cuenta con pediatras, radiólogos, rehabilitadores, una logopeda especializada en deglución y una dietista-nutricionista.
Además de los pacientes que acuden a consultas externas o son diagnosticados de este síntoma fruto de otras patologías, en el Hospital Regional Universitario de Málaga la Unidad de Endocrinología y Nutrición realiza una labor de cribado en las propias plantas de hospitalización. Así, la endocrinóloga Rosario Vallejo explica que a nivel intrahospitalario el diagnóstico y seguimiento ha experimentado un aumento progresivo desde sus inicios en 2018.
“El objetivo de la detección de la disfagia durante la estancia hospitalaria es evitar o disminuir las complicaciones asociadas, broncoaspiración, desnutrición y deshidratación, que aumentan la estancia hospitalaria, la mortalidad y deterioran la calidad de vida. Por lo que también es necesaria la valoración nutricional en estos pacientes dada la asociación entre disfagia y desnutrición”, ha afirmado.
En este sentido, la enfermera de esta unidad Susana Padín ha agregado que la puesta en marcha de iniciativas formativas por parte de la Unidad de Endocrinología y Nutrición para la concienciación de la importancia de la detección de los signos o síntomas de alerta de disfagia por parte de los profesionales sanitarios de los diferentes servicios, “es clave para identificar a aquellos pacientes que están en riesgo para su posterior valoración y diagnóstico con el fin de iniciar la adaptación de la dieta oral más adecuada que permita al paciente deglutir de manera segura o terapia médica nutricional”.