El Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el almirante Teodoro López Calderón, no cree que se pueda considerar a Marruecos actualmente “una amenaza” para Ceuta y Melilla, aunque sí haya ejercido acciones en la denominada “zona gris”, como la crisis migratoria provocada este verano.
En un coloquio en el Club Siglo XXI, el jefe de las Fuerzas Armadas ha apuntado que el principal “rival” de Marruecos ahora mismo es Argelia y el “problema más grave” que tiene abierto es el conflicto con el Frente Polisario en el Sáhara Occidental.
Con ello, no considera que el incremento armamentístico de Marruecos de los últimos años sea “una clara amenaza para España” y tampoco para Ceuta y Melilla como parte de España, según ha explicado en respuesta a una pregunta formulada por el dirigente de Vox Javier Ortega Smith, presente en la conferencia como público.
En este contexto, el almirante López Calderón ha recordado que Marruecos no ha manifestado nunca su voluntad de anexionarse las dos ciudades autónomas por la fuerza y, además, España cuenta con una capacidad de disuasión que no afecta solo a las Fuerzas Armadas.
Según ha apuntado, el actual contexto geopolítico exige la implicación de todos los ámbitos en toda crisis, como la economía, la política, la diplomacia “y si es necesario también el uso de las Fuerzas Armadas”.
Este mismo lunes el Observatorio de Ceuta y Melilla ha publicado el informe ‘Las pretensiones de Marruecos sobre Ceuta y Melilla’ que sostiene que buena parte de las medidas que ha venido adoptando en los últimos tiempos Marruecos con respecto a España, y en particular en lo que se refiere a las dos ciudades autónomas, entran en lo que los expertos consideran que puede ser una estrategia híbrida para terminar haciéndose con la soberanía de estos dos enclaves pero evitando la confrontación directa.
El documento analiza los pasos dados por Marruecos en los últimos años para ver si encajan en lo que en geopolítica se llama zona gris y que lo que busca es alterar el ‘statu quo’ con otro país, en este caso España, y alcanzar con ello “fines similares a los de una guerra, pero sin guerra”.