La cuarta campaña arqueológica de la Universidad de Málaga (UMA) en el Cerro del Villar ha confirmado la importancia de la producción alfarera del asentamiento en época púnica, siglo V antes de Cristo (a.C.), tras un alrededor de un mes de trabajos en el terreno.
También han apuntado al «excelente estado de conservación» en el que se encuentran estos restos, lo que lo convierte en «uno de los asentamientos mejor conservados del Mediterráneo occidental de este periodo, hace casi 3.000 años», según han informado desde la universidad. Los trabajos sobre el terreno han servido para corroborar el potencial de esta zona para el estudio del fenómeno de expansión colonial en la Península Ibérica.
El rector de UMA, Teodomiro López, ha visitado este miércoles, 24 de septiembre, estos hallazgos, junto al director del equipo de investigación, José Suárez; la concejala de Juventud, Mercedes Martín; el delegado territorial de Cultura y Deportes de Málaga, Carlos García; y el gerente de la Fundación Málaga, Gonzalo Otalecu.
El rector ha destacado la colaboración institucional como «clave del éxito de este proyecto, uno de los más importantes de la Universidad de Málaga», al mismo tiempo que ha valorado la importancia de la investigación en el ámbito de las Humanidades y las Ciencias Sociales.
Trabajos en varios puntos
Los trabajos de esta nueva campaña, financiada por la Junta de Andalucía, se han concentrado en varios puntos del yacimiento, ubicados en dos sectores opuestos de la antigua isla formada en el delta del río. En el localizado al sur se ha encontrado un testar asociado a talleres púnicos de producción alfarera, fechado en el siglo V a.C., que es coetáneo a la importante ciudad de Malaka localizada en la margen izquierda de la desembocadura del río Guadalmedina, según ha explicado el profesor de Prehistoria José Suárez.
«Esto significa que en esos momentos el Cerro del Villar funcionó como un ámbito artesanal relacionado con la ciudad, pero con una entidad superior a lo que se había imaginado hasta el momento», ha añadido Suárez.
También en el sector sur se ha confirmado el buen estado de la factoría de salazones romana de época altoimperial, cuyo abandono se sitúa a lo largo del siglo V después de Cristo (d.C.). Esta relevante factoría, detectada mediante prospecciones geofísicas del subsuelo en 2022, ha sido excavada parcialmente, buscando su posible conexión espacial con las fases de ocupación fenicio-púnica.
Edificios de grandes dimensiones
Al norte, por otro lado, se ha continuado investigando la naturaleza de una serie de edificios de grandes dimensiones y en buen estado de conservación, destacando la existencia de escalones construidos con piedras de gran tamaño que permitirían el acceso desde uno de estos inmuebles a una de las orillas de la isla, que pudo haber sido una zona de atraque o varadero, según han indicado desde la UMA.
Estos inmuebles, de los que se conservan evidencias de dos fases arquitectónicas a lo largo del siglo VII a.C., presentan muros con zócalos de piedra con alzados en tierra que, en algún caso, pudieron haber presentado más de una planta, conformando una de las fachadas de la antigua isla.
En su interior destaca el descubrimiento de contenedores de cerámica fabricados en el propio asentamiento, así como vajilla de uso doméstico y de preparación de alimentos, fabricados a mano, siguiendo la tradición local y, también, a torno, que responden a formas procedentes de Oriente.
Se han identificado, a su vez, ánforas de importación procedente de diversas ciudades griegas, caso de Atenas o Corinto, que contuvieron aceite y vino de calidad, que evidencian la pujanza económica del asentamiento por estas fechas. También se ha localizado parte de un alabastrón, pieza de origen egipcio que contenía, a su vez, vino de calidad.
El hallazgo de parte de una máscara de terracota fabricada en los propios talleres alfareros del Cerro del Villar muestra la práctica de actividades de culto en el asentamiento y confirma la presencia de prácticas metalúrgicas con técnicas de tradición local (vasijas-horno para producción de cobre), escorias y objetos de hierro que evidencian la práctica de la forja, siguiendo técnicas propias de Oriente.
El equipo
Bajo el liderazgo del profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la UMA José Suárez, en esta cuarta expedición han participado investigadores de la institución malagueña, vinculados a las áreas de Arqueología e Historia Antigua, y de universidades andaluzas como la de Cádiz, Córdoba y Sevilla y otras internacionales, de Chicago (EEUU) y Marburgo (Alemania), entre otras.
Igualmente, en esta campaña han participado especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación (SCAI). El Ayuntamiento, por su parte, ha contribuido con cinco operarios de arqueología, además de habilitar infraestructuras como el punto de toma de agua para criba y flotación.
Bajo el nombre, ‘Cerro del Villar: naturaleza y temporalidad del proyecto territorial fenicio arcaico en la bahía de Málaga’, este proyecto se lleva a cabo en el marco de un convenio de colaboración entre la Consejería de Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía y la Universidad de Málaga, recientemente firmado.
De este modo, esta investigación está financiada por la Junta de Andalucía, el Área de Cultura, la Gerencia de Urbanismo y el Distrito de Churriana del Ayuntamiento de Málaga, la Fundación Málaga y la Diputación provincial.
Asimismo, la UMA confía en firmar un nuevo convenio con la Fundación Málaga, que continúa el llevado a cabo en 2024, que permitirá apoyar la continuidad de los estudios en fase de laboratorio y de preservación y conservación de los hallazgos arqueológicos procedentes del yacimiento.
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